De habitación adolescente a cuarto de costura. Maldades de una madre pájara descastada.





De pequeña, cada vez que olía en el aire que se acercaba un zafarrancho de orden o limpieza me entraba un sudor frío y un miedo que aún me remueve por dentro al recordarlo. Mi madre era muy madre, y muy de decir frases de madre:

- Como vaya yo y lo encuentre...

- Ni ya voy ni ya vengo, ¡ahora mismo!

- ¡No me contestes!



Y no sé qué me daba más miedo, las sesiones de orden y limpieza o esas veces que algo no aparecía. Y cuando algo no aparecía, solía ser porque hacía mucha falta, a la de ya. De modo que solían ser días bastante moviditos. A pesar de que mis dos hermanas siempre apaciguaban un poco el remolino. Ventajas de ser la pequeña. 

Con el paso de los años,  la evolución de esos genes de madre ha sido meteórica. Viven reencarnados en mi, dando el mismo miedito a la siguiente generación. Bueno el mismo no, algo menos. Y eso no hace más que ayudar a que todo siga en su sitio en el universo, como ya sabemos. Las madres somos madres, en todas las generaciones. No llegamos a todo. Acumulamos y acumulamos. Y de forma cíclica, por ejemplo cuando asoma otra estación, zas, empezamos campaña nueva de limpieza.

Y digo yo, si es verdad eso de que al ordenar tu casa ordenas tu mente... ¿cómo es que yo no dedico todos los días de mi errática existencia a poner todo en su sitio? Que si hay una mente descolocada y dispersa es la mía, hombre.

Si a todo esto unimos que está de moda ordenar, ya la tenemos liada. Bueno, a lo mejor está de moda para mí, que en mi camino se han cruzado así, por causalidad, métodos y profesionales varios -que oportunos, juntitos todos-, estas últimas dos semanas. Pero como mis ansias suelen ir por libre, me he lanzado al vacío sin paracaídas. Sin método Konmari, sin Organización del Orden, sin cinturón, y como siempre, sin pensar mucho.

Sólo me ha faltado un viaje malamadrero a A Coruña para pasarme por Ikea y todos los cabos se han atado. Si es que no tenemos arreglo. Empezamos por el cambio de armarios y la cosa termina con media casa metida en sacos. Si, media casa, hay que ver. Dice Marie Kondo que todo aquel que prueba su método no ha vuelto al desorden. Que riquiña. La pobre, no me conoce. Yo sólo necesito que se me pase el furor de ordenar y que pasen... no sé, ¿un par de meses?

Además, ahora he podido ampliar horizontes. Ahora tengo un nuevo cuarto de costura, adivinad de donde ha salido. Touché, de la pollocueva que ha quedado vacía. Esto ha sido el culmen de la pájara descastada. La mayor maldad que había perpetrado desde que me convertí en madre. Una de esas frases de madre que se hacen realidad, así, sin planearlo.

- Y cuando te vayas de casa, tu habitación va a ser mi cuarto de costura, nada de dejar ahí tus cosas.

La invasión fue por etapas, no os creáis. Primero fue la mesa, luego unos días dedicados al estor y la lámpara, y finalmente, saqueo al armario. Madre mía. Creo que se me ha puesto cara de enajenada. Cuanto más tiraba más quería tirar. En algún momento me dieron ganas de consultarle por whatsapp a la dueña del botín si esto o lo otro lo quería. Sólo sucumbí una vez, el gorrito de lana con trenzas era taaaan adorable...

Mi adorable sewing room (que queréis, se me pega la jerga del patchwork)... sólo tenéis que imaginarme ahí, dándole al acolchado, y viendo Dexter... lo sé, me odiais.

Pues si, es verdad. Tengo una paz mental que no me cabe... habrá que llenar otra vez los armarios ¿no?

6 comentarios:

Vigopeques dijo...

Y yo con medio vestidor todavía en casa de mi padre, lleva casí 20 años amenazando, pero no ha dado el paso aún de tirar con todas mis cosas para el despachito que se quiere montar,jajaja. Espero que no lea el libro maldito.

catalina dijo...

Jajajaja ya te vale!! Voy a volver pajarraco a tu padre!! Muaks!!

Vestidos para bautizos dijo...

Por si acaso ya estás invadiendo el espacio. Jajaja. Bien hecho.
A mis hijos les estoy recordando todo el día lo tranquila que estaré el día que se vayan.

catalina dijo...

Bueno, Vestidos para bautizos, yo hay días que me paro a pensar y me siento hasta mal... no sé si es normal mi nivel de descastada!! Adoro que venga, y desde luego dentro de mis posibilidades siempre tendrá sitio donde yo esté, pero mi vida suele ser en el presente, no puedo eviarlo. Gracias por tu comentario!!

CREA,CONSTRUYE,RECICLA,RESTAURA dijo...

Hola,vengo leyendo varios post de tu blog tienen un punto que enganchan da gusto leerte. Me gustan😉

catalina dijo...

Muchísimas gracias!!!!