Lo más dulce y lo más amargo

Parece mentira. Me doy la vuelta y ya está el karma dándome lo que me tenía preparado. ¿Les suena? pues hay más. Los momentos dulces son gotitas, suministradas con precisión milimétrica por el puñetero destino. Los momentos amargos pueden ser más o pueden ser menos. Más o menos grandes, más o menos fuertes en su tarea de marcar huella. Pues eureka. Tilín, tilín tilín!!! tres fresitas seguidas, premio!!! Tenemos uno de cada, ambos de magnitud infinita, toma premio.

Bien pensado, es la medicina perfecta para la bipolaridad que me gasto, tan cacareada. Se ve que el karma también lee el blog. Si una sigue dos caminos, o más, no puede tener un solo destino. De modo que lo que toca es aprovechar la coyuntura -que podríamos tener solo el lado malo, las cosas como son-,  y empezar a nivelar. A compensar lo malo con lo bueno. A medir energías, que las que se usan en autocompasión son malgastadas. Me voy hacia la luz, vivan los cantos de sirena, todo vale si mantengo a raya al desánimo.




Si están ustedes preguntándose qué demonios pasa, dejen de hacerlo. Las penas no se escriben. Se lavan en casa, aunque sea a base de lágrimas. Las satisfacciones quedan mucho mejor en papel que éstas, pero la verdad, pa qué. Vayan a ser como los sueños, que en cuanto vuelves a la consciencia, desaparecen.

Sí que les alegrará saber, espero, que aquí la pájara loca sigue al mando. Que es consciente de que  los disgustos iban en el pack indivisible, oferta completa. Que de momento, cuando caigo, todavía es con red. Esa red sólida que me sostiene, formada por ustedes, los que me leen, y por los que soplan fuerte para que la chispita de cordura se mantenga. Que los comentarios positivos, los ánimos y los halagos si los hubiese, se reciben como lo que son, muestras inmensas de una inmensa amabilidad, y cuando los valoro los multiplico por mil, así acabaremos antes con el mal oscuro.

Mientras nuestra misión en tierras de Mordor se cumple, ya saben: una de cal, otra de purpurina, que a mí la arena siempre me ha parecido muy poca cosa...

Venga, anímense a comentar, que la ocasión lo merece. Ya saben, opción Nombre y URL en blanco. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sea lo que sea, me encanta tu forma de superarlo. Yo soy de las que siempre ve la botella medio vacía o que si tiene que salir mal, saldrá mal. A mi la felicidad también me suele durar poquito, pero todavía guardo algo de purpurina del fin de semana pasado. Un beso.

catalina dijo...

Uy pura pantalla la mía, jajajajaja Mas bien utilizo esto como terapia. Y si, el finde pasado es parte de la vertiente dulce. Muchas gracias por tus palabras y por leerme, Besotes!